Llamando a Houston (parte 2: Nevan)


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Fue mi primera muñeca, y, por tanto, mi primer personaje. Al ser la primera se llevó la mejor parte: la chica perfecta, mi ángel de la guarda de resina, la que relaja con solo mirarla y la que lleva el estilo de ropa que más me gusta. Pero el hecho de ser tan especial trae sus consecuencias.
Con mi primera muñeca me equivoqué. Pagué la novatada, había comprado un molde que, al descubrir otras casas y modelos, dejó de gustarme. Por aquel entonces busqué la Nevan perfecta. Tenía que ser una muñeca bonita y que encajara con el personaje. La Yewon de Souldoll fue una buena elección, no me arrepiento en absoluto. Pero, después de tantos años en el hobby, con más conocimiento y madurez, creo que es hora de pasar página. Nevan se merece lo mejor, y ahora mismo siento que hay cosas que no me encajan.
1. Las proporciones. Como comentaba en la entrada anterior, tengo un pequeño problema con la relación altura/edad. Si ya tenía problemas con los de 12-13, imaginaos con Nevan, que tiene 15:
Imagen
Y, en su caso, no puedo rebajarle más la edad. Una chica tan madura con 12 años queda poco creíble (dejando de lado que sea medio ángel, jaja).
2. Estilo de molde. A pesar de que tengo moldes de varias casas, todos encajan dentro del standard de Volks: rechonchos y cabezones. Vale, Adrienne también desentona, pero ella puede permitirse el lujo de ir un poco a su aire, y aún así creo que no canta tanto. Nevan es el centro de la historia, ella no puede desencajar así. Tiene medidas de U-noa, pero sin su escultura maravillosa. Cuando veo sus piernas pienso en Ana Obregón.
3. La ropa. Me es difícil encontrar para ella ropa de su estilo. Y más con sus medidas especiales. Además, el tipo de ropa que ella lleva luce mucho más en una muñeca tamaño SD, y creo que tenerla como MSD es un desperdicio.
4. El tope. No puedo llenar la casa de muñecas. El espacio, el dinero que puedo invertir en ellos, la cantidad de personajes sin que empiecen a parecerse unos a otros… son limitados. Por esto, me he dado cuenta de que quizás sea mejor cambiar estos moldes que me parecen simplemente muñecas bonitas por esos moldes que siempre he querido, pero que cuando empecé en el hobby no me planteé tener por ahorrarme subastas y mercado de segunda mano, por poner un ejemplo.
Y así, mi decisión está tomada. No sé ni cuándo se irá, ni cuándo volverá, ni cómo. Pero en cuanto se me presente la oportunidad, dejará de ser una muñeca bonita para ser LA MUÑECA.

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