Redención (I): Lija y Alcohol


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Hace cuatro años compré una muñeca muy especial.
Quería una F-01 de Volks y al fin había reunido el dinero para comprarla. Una Megu nuevecita, en su versión estándar que ya era UV-cut, cuando en mi camino se interpuso ella.
En el mercadillo de segunda mano de DoA apareció una F-01 blanca, y, por lo que pude ver, la edición de 1999. Siempre me han apasionado las antigüedades, y la posibilidad conseguir una F-01 de la primera versión dio al traste con mis planes.
Tras mucho meditar y sopesar, y a pesar de que su dueña (la segunda o tercera que había tenido) me advirtió de que había amarilleado, acabé abandonando la idea de la muñeca nueva y me la traje a casa.
Me quedé maravillada: no solo era la edición 1999, y en white skin, sino que además llevaba el pecho partido y conservaba su maquillaje original. Tras investigar, llegué a la conclusión de que debe tratarse de una muñeca de los primeros tiempos del Full Choice System.
Pero era un limón. El color más horrendo que había visto nunca. Bueno, salvo en los “green skin” de Luts.
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He de añadir, que tras mis cuatro años con ella y tras la mano de lija que le di, no he notado que amarilleara ni un ápice, y mucho menos que volviera a tomar este color. Llegué a la conclusión de que alguno de los anteriores dueños le fumaba en la cara o la ponía a tomar el sol.
Sí, la mano de lija. Creí que sería la solución, y que no sería tan difícil. Me hice con lijas del gramaje adecuado y una garrafa de alcohol isopropílico, para hacer la prueba tras el lijado.
Realmente no fue difícil, simplemente metí la pata. Me emocioné con la lija, ni siquiera me daba cuenta de la cantidad de resina que me estaba llevando por delante, solo veía su color mejorando. Fue al acabar, esa misma noche, cuando me di cuenta de que en mi éxtasis lijando me había cargado los labios y algo de la nariz.
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Tras el disgusto inicial, decidí olvidarme del tema y disfrutar de ella.
Al menos el color había mejorado considerablemente:
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Seguramente no fuera tan blanca como de nueva, pero tenía un color más pálido que su hermana Fuzuisen, normal skin.
Pero durante estos cuatro años no me olvidé del asunto del labio. Era algo cíclico: lo olvidaba unos meses, me sentía mal por haberla estropeado durante una semana. Después de tantos años, finalmente decidí que o bien conseguía arreglar el estropicio, o mejor que me deshiciera de ella y comprara una nueva cuando pudiera. Pero no podía irse sin probarlo al menos.
Y, por suerte, creo que lo he conseguido.
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Bastante más sutil que el labio original, pero labio al fin y al cabo. Incluso le he esculpido el surco central de nuevo:
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Y aún me quedaba un asunto pendiente: la garrafa de alcohol isopropílico. Tras el disgusto con el lijado, la guardé hasta que me volvieran los ánimos de experimentar con mis muñecas. Al ver el resultado de mi arreglo, saqué la garrafa.
Tras 24h en remojo, ahora no solo tiene un nuevo labio, si no que está ligeramente más blanca:
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Comparación con Demetria, normal skin UV-cut, cero amarilleo:
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¡Pero esta historia aún no ha acabado!
Ahora falta rehacerle el “hot-glue” que tuve que quitarle y, por supuesto, devolverle su cara.
¡Muero de ganas de volver a verla!

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